EEUU acaba de anunciar un paquete de ayuda de 550 millones de dólares para la autoridad palestina, dinero que espera aumentar hasta varios miles de millones más. La razón de este dinero es ayudar a la creación del estado palestino y ayudar a la paz en medio oriente.
Lamentablemente ninguna de estos motivos es la real razón de esta ayuda. En primer lugar no es posible crear un estado palestino porque ya existe, no uno, sino dos. Uno en Cisjordania, liderado por un débil Abbas y su facción política. Y un segundo estado en franja de Gaza, donde en este instante Hammas lleva a cabo su dictadura islámica.
Tampoco contribuirá a la paz en la región, ya la conferencia en Annapolis demostró la inutilidad de cualquier disposición del mundo árabe en tal sentido: ninguna delegación árabe que participó en la cumbre estuvo dispuesto a reunirse personalmente con los delegados israelíes y muchos ni siquiera reconocen el derecho de Israel a existir.
Con tales antecedentes es difícil creer que cualquier ayuda calme los ánimos en la región.
La pregunta es, si todo lo anterior es más que sabido, ¿por qué EEUU está dispuesto a seguir enviando remesas a un hoyo sin fondo?. EEUU en este instante está compitiendo con Irán por influencia en la autoridad palestina, nación que ya controla con sus hilos a Hammas e Hizbulá. Dejar abandonado al tercer grupo palestino, aunque corrupto e ineficiente, significa dejar toda la región a Irán.
Lo que busca EEUU no es la paz definitiva en la región, simplemente está ganando tiempo evitando de Fatha caiga en Cisjordania o se radicalice debido a la influencia iraní.
La única opción viable para tener una nación palestina estable y que viva en paz con Israel es aislar a Hammas e Hizbula, negarles cualquier ayuda, y finalmente derrotarlos política y militarmente. Lamentablemente la comunidad internacional no está dispuesta a pagar tal precio, y menos reconocerlo públicamente.
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